Hay placeres,como el chocolate,que exigen la atención de cada uno de nuestros sentidos.Todos se combinan,se hacen cómplices para degustar al unísono una experiencia que necesita tiempo,consciencia y calma.
Su color nos seduce por la vista.
Los matices de su aroma,nos provocan el olfato.
Su caracteristico crujir se graba en nuestra memoria.
Su inconfundible sabor nos obsesiona el paladar.
A través de los sentidos,la experiencia de comer chocolate se convierte en un lujo frágil,delicado y caprichoso.
El otoño es tiempo de chocolate.
Nos seduce en forma de tableta,de bombones,a la taza....Pero con la llegada del frío,lo disfrutamos aún mas.Solos o mejor en buena compañia =P.
Consigue levantarnos el animo y, muchas veces, traernos recuerdos de la infancia.Es un capricho que no entiende de epocas,edades ni modas. No existe un sabor más adulador,estimulante,sensual o adictivo que el chocolate.
Y de momento aunque no le pueda saborear,estoy casada con el ( como solía decir Bridget Jones)
Te amo maridito mío.
Jejeje que rico =P