sábado, 19 de septiembre de 2009

Paranoia

En ese momento me resulto irónico todo aquello.
Después de todo por fin estaba dispuesto a ayudarme.
Me limite a no contestar, yo mismo savia que aquello no iba a ninguna parte, lo que yo había comenzado, lo tendría que terminar solo.
Me miraba con ojos asustados y expresión casi degradada, no se podía creer que yo solo, hubiera logrado aquella monstruosidad.
Deje caer el cuchillo, produciendo un sordo sonido metálico al caer en el suelo, cubierto de sangre mía y ajena.
Después caí de rodillas, tapándome la cara y levantando la vista Contemple con una mezcla de horror y orgullo mi matanza.
Al comenzar todo iba bien, me encontraba de pie en una enorme sala de paredes blancas sin ventanas.
Había un círculo de personas a mí alrededor, niños, ancianos adultos… Todos me miraban severamente culpándome de algo
que no llegue a comprender que era.
El portavoz parecía ser un joven que dominaba sobre los otros, me miraba burlonamente desde el centro del círculo.
Todos estaban sentados en unas sillas metálicas negras y todos vestían de negro, lo cual resultaba un contraste con la blancura de la habitación.
Yo estaba situado en una especie de elevación y en ese momento me irrito que me mirara tanta gente.
Recuerdo que en un momento dado, desesperado por el silencio que reinaba lance varias preguntas al aire, Sin encontrar respuesta alguna.
Todos me seguían mirando sin inmutarse, eso me enfureció mucho más.
Baje de la elevación y me dirigí corriendo hacia una pared y la golpee con el puño.
De nada sirvió, las cabezas se giraron a mirarme.
Yo seguí golpeando hasta hacer sangrar mis puños, quería salir de allí, era todo tan desesperante, tanto silencio, tanta culpa…
Corrí de un lado a otro rugiendo, gritando, con los ojos inyectados en sangre asta que tropecé con algo.
Era un cuchillo de grandes dimensiones, afilado y brillante.Me tire al suelo y agarre el cuchillo por el mango.
Lo contemple durante un largo tiempo.
La hoja era redonda y la empuñadura de piedra.
Mi furia aumento asta que me hirvió la sangre y de un salto me levante y camine pesadamente, balanceandome a los lados, hasta una silla en la que estaba sentado un anciano que me contemplaba en silencio.
Levante el cuchillo y se lo clave en el pecho, su expresión no cambio, simplemente abrió la boca sorprendido y como una planta
mustia se doblo sobre si mismo y dejo de respirar.
El resto de figurantes seguían mirándome.
Camine asta donde estaba sentada una chica de mi edad y le raje el estomago, se desplomo al suelo.
Su sangre me mancho la ropa y las manos.
Furioso y con ganas de matar a aquella gente que me miraba los fui matando uno a uno.
La sangre corría y los cuerpos muertos colgaban de las sillas, me daba igual a quien y como,solo los quería matar, quería que gritasen, entraran en pánico o expresaran algo en sus fríos rostros.
Sujete a un hombre y lo coji de el cuello.
Le susurre al oído; ¿Por que hacéis esto? ¿Por qué no decís nada si os mato?, mientras le estaba clavando la punta de el cuchillo en la mano.
El hombre respiraba algo agitado, pero no contestaba.
De manera que no me iban a contestar, pensé para mis adentros..., bueno, ya no tenia nada que perder, ni nunca lo tuve.
Agarre el cuchillo y lo degollé.
Solo quedaban dos, el joven y un niño de unos 7 años, estimo.
Corrí hacia el joven y le clave la hoja en la pierna, no cambio de expresión.
Lo seguí acuchillando cada vez más rapido y furioso, comenzó a sangrar, y entonces fue cuando me corte.
Tenía profundas y largas heridas.
Me mire las manos y después levante la vista hacia la masacre.
Los cuerpos estaban inertes en los sitios donde habían caído.
Todo seguía en silencio solo se escuchaba mi respiración.
Camine pesadamente a un rincón y desde alli observe una vez más toda la sangre y todos los cuerpos muertos.
Derepente el niño se levanto y camino hacia donde yo estaba.
Se paro delante de mí y levanto la cabeza.
Me contemplo con sus ojos grises.
-Tu solo, te has inventado todo esto, nosotros solo estábamos aquí por tu culpa.
-¿Como?,pregunte extrañado.
-Simplemente estábamos aquí y entonces llegaste tu,y en vez de hacer como nosotros,sentarte,te desesperaste y los mataste.
-Pero, no contestabais, solo me mirabais,….¿Que tengo que hacer ahora?
-Nada ya, solo callar y esperar como yo, si vienes y te sientas conmigo podemos esperar, si no quieres me iré y te podrás quedar aquí solo.
-Vete, no comprendo todo esto,le ordene con voz temblorosa.
El niño dio media vuelta y se alejo caminando, de repente desapareció....
Me deje caer en el suelo, levante el cuchillo y me lo clave en el estomago.
Ya no recuerdo nada más....

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